Hay momentos en que la familia parece todo menos una familia. Y es que esta no se nos da por completada solo por el hecho de conformarse como tal, es necesario trabajarla a pulso para lograr las metas y los sueños que se tienen para ella.
Hay que reconocer que no siempre haremos las cosas bien y que habrá dolor, circunstancias difíciles e inclusive trágicas pero si lo vivimos desde unas relaciones fuertes el enfoque puede voltearse y dejar un saldo positivo en la manera de abordar las visicitudes de la vida.
Han transcurrido 11 meses del año y es necesario preguntarse individualmente: ¿cuánto contribuí a forjar una verdadera familia? ¿Cuántas horas de tiempo le dediqué a ella? ¿Y cuánto tiempo a otras cosas que eran postergables ante las necesidades de la familia? Evalúe sus propias respuestas y si considera que el saldo va en contra de su familia no desaproveche la maravillosa navidad para vivir la unidad, la paz, el amor que se proclama para estas fiestas y que si pueden vivirse con un viraje de timón en las prioridades que usted establezca.
María Helena Manrique de Lecaro
Directora de Orientar
Revista El Club de Suscriptores, 2012