“Destruí a mis amigos y profesores con el Twitter”

Benjamín ‘el cholo’, Josefina ‘la loca del curso’, Daniel ‘el loser’, Lorena ‘la regalada’, Carlos ‘el nerd’, Luis ‘el pitufo’, Jennifer ‘la anoréxica’, el ‘Mr. Amargado’, la miss ‘chancha’, entre otros; fueron algunos de los apodos que diariamente Damián* subía en su Twitter. Es así como a través de bromas, chismes y discusiones, perjudicó a sus compañeros y profesores del colegio.

Todo inició cuando su papá le regaló por su cumpleaños un Blackberry 8520 –incluyendo navegador de internet-; tiempo después, empezó a explorar en las diferentes redes sociales recomendadas por sus amigos (Facebook, My Space, You tube, y blogs interactivos). Sin embargo, con el tiempo encontró una página donde podía publicar pensamientos, noticias e ideas dirigidas al público en general: Twitter.

La Lcda. María Helena Manrique, Directora de Orientar; nos explica que la educación con estudiantes que usan celulares a pesar de la norma, que se conectan a internet, que pueden copiar y pegar la tarea rápidamente, entrar a páginas inconvenientes, postear en su Twitter para expresar durante el día lo que sienten y piensan, o desahogar sus deseos de inconformidad adolescente o colegial a través de los comentarios en cualquier muro virtual; plantea a los educadores un nuevo desafío en la educación.

Por otra parte, Benjamín se alejó de sus amigos. No le interesaba hacer sus tareas escolares, o compartir momentos amenos con sus panas del colegio. Eso fomentó a que sus compañeros de clase lo ignoren debido a su fanatismo por las redes sociales. “Ya no me importaba jugar futbol con ellos, o sacar buenas notas para ser abanderado… mi ‘BB’ era mi nuevo amigo leal”. Con el tiempo su adicción llegó a convertirse en un trastorno psicológico, que sin necesidad alguna, comenzó a calumniar y disfamar a las personas más cercanas a él.

Sus padres se enteraron de lo que acontecía, por lo que buscaron ayuda psicológica inmediata. “Gracias a la asistencia y los consejos del terapista familiar, comprendí que la vida va más allá de estar sometido a un celular, ser miembro de Twitter, o de transcribir mi vida en una red social. Mi familia y mis amigos son todo lo que necesito para ser realmente feliz”.

La experta nos comenta que de acuerdo a las proyecciones, este uso frecuente  a la tecnología como parte de la cotidianeidad, irá en aumento y no en descenso y habrá que hacerla aliada y no enemiga. Proponer algunas tareas e investigaciones presentadas tecnológicamente, brindar páginas webs de información y formación constructiva, crear un Twitter para liderar una causa buena -mediando todo esto a través de la palabra y el diálogo personal con el estudiante- , es parte de lo que los nuevos educadores necesitamos implementar inmediatamente para conectarnos en la era educativa que estamos viviendo.

Ayudar a ordenar, clasificar y discernir todo el alud de información al que los estudiantes pueden acceder desde su mano, es la nueva destreza que requieren los maestros de esta era digital en la que los sorprendió educar a los estudiantes del siglo XXI, y será lo que marcará en ellos la diferencia en su preparación como profesionales y personas de criterio formado. Imposible quedarse atrás.

*Nombre protegido

María Helena Manrique de Lecaro

Directora de Orientar

Revista Estudiantes 2000, 2011

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