Especial de adolescentes

1.     ¿En qué edad empezar a abordar el tema de la sexualidad?

Cuanto antes mejor. Si recién vas a empezar en la adolescencia probablemente les cueste más a ambos pero el silencio es peor porque le deja el espacio a los mensajes errados de otros medios. Nadie como los padres para transmitir la información y los valores que desean para la formación de sus hijos.

2.     ¿Cuál sería la mejor manera para abordar el tema de sexualidad con un hijo adolescente?

Sirve aplicar la “ley del vaso”, vaciarte de aquellas malas experiencias o recuerdos que tengas respecto de las propias vivencias sexuales y llenarte de aquello que es bueno y deseable para tus hijos, aunque tu mismo no lo hayas vivido. Lo que más impide el diálogo es el hecho de que tus propios padres nunca te hayan hablado de ello o haber vivido experiencias negativas en la dimensión sexual.

3.     ¿Por dónde empezar y a través de qué recursos hacerlo?

Informarse en un buen libro o tomar un taller para padres ayuda a prepararse y luego probar si funciona que este tema se trate en la vida cotidiana o separando espacios especiales para ello como una salida juntos en donde no haya interrupciones de hermanos u otras interferencias propias del hogar. Eso depende de cada padre e hijo. Atreverse es la clave.

4.     ¿Es una regla absoluta que se hable de sexo la mamá con su hija mujer y el papá con su hijo varón?

No para nada. La sexualidad debería ser tratada por ambos porque la diferencia del enfoque femenino y masculino da la riqueza de la totalidad. Pero en la práctica las madres se atreven mucho más que los padres a hacerlo inclusive con sus hijos varones.

5.     ¿Qué pasa cuándo hay la ausencia de alguno de los dos padres?

Es indispensable que el que está presente no omita hablarlo y si lo conduce apropiadamente no implica que su hijo vaya a carecer de algo, aunque sería de gran ayuda que tenga buenos referentes del sexo ausente en otras personas de su familia o entorno.

6.     ¿Cuál es la diferencia entre sexo y sexualidad?

La sexualidad implica la totalidad de la persona, la forma de ser, femenina o masculina, la forma de actuar, comunicarse amar. Pero es común el error de confundirlo con lo que llaman “tener sexo” que se refiere a las relaciones sexuales o a todo lo que se vincule al placer. Es un reduccionismo pues esto es apenas un pequeño porcentaje de la riqueza de la sexualidad. El sexo se refiere a las diferencias genéticas que hacen que uno sea hombre y otro mujer y que implica además diferencias en cada uno, en lo fisiológico, sicológico afectivo y social.

7.     Amor, sexualidad y sexo: ¿Es lo mismo?

Amar es la vocación fundamental del ser humano. Puede y debe desplegarla desde cualquier forma de vida: soltero, casado o consagrado para poder ser auténticamente feliz. La sexualidad esta presente en la persona desde el instante de su concepción hasta la muerte, independientemente de si tiene o no relaciones sexuales en su vida. No es como un sombrero que se quita o se pone. Sexo se refiere a las diferencias biológicas pero la acepción popular lo atribuye a las relaciones sexuales.

Una sexualidad que está bien integrada en la persona vincula la sexualidad al amor, ya sea a sí mismo o hacia los demás desde las diferentes opciones de vida que se pueden escoger para vivirlo.

La desintegración de la persona se da justamente cuando cree erróneamente que “tener sexo” es necesario para ser más hombre o una mujer actual y que se lo puede realizar como cualquier otro deporte o actividad física. Esa creencia reduce a la persona a un ser genital y la verdadera madurez se muestra en el autodominio u autocontrol de las pasiones e instintos.

8.     ¿Por qué una relación de pareja no “siempre” debe terminar en el acto sexual, más aún a esta edad?

Lo recomendable y lo que he propuesto a través de Orientar a lo largo de estos 5 años en charlas, talleres y consultas con padres de familia, niños y adolescentes es vivir la castidad. Esto para los adolescentes implica vivir la pureza de su mente y cuerpo y también abstenerse de las relaciones sexuales hasta el matrimonio. Es lo que se conoce como “virginidad” y el término se usa para hombres y mujeres.  

Y la razón principal de proponer esa meta es que la persona está integrada en el cuerpo con sus sentimientos, pensamientos, voluntades. El cuerpo no está separado de la interioridad sino que va unido a ella cuando se lo entrega en una relación sexual. El matrimonio, que pretende ser el compromiso de dos vidas unidas para siempre por amor y con Dios es la forma de decir: “Mi vida entera es tuya y con ello va mi cuerpo porque allí va todo lo que soy”. Adelantar esa entrega significa darse en partes.

9.     ¿Cómo entusiasmar a los adolescentes con ese argumento?

Un amor verdaderamente decidido al compromiso no necesita “pruebas anteriores” y tampoco “ensayos de compatibilidad”. Cuando me voy compartiendo con varios, o varias, la afectividad se va lesionando y va haciendo más difíciles las posteriores relaciones afectivas con otros.

He visto como la experiencia sexual temprana o liberada y sostenida a lo largo de la vida marca de forma dramática el alma de las personas. Cuando la entrega no tiene la seguridad de un compromiso total, tiene un carácter provisional y esto casi siempre se descarta, pero luego pasa la factura.

Todos soñamos con amar y ser felices. Explicarles como vale la pena esperar, postergar o sacrificar ciertos aspectos en la vida para recibir satisfacciones que en cambio serán duraderas, ayudan a comprender el valor de esta meta.

Reservarse para la persona con quien se desea compartir la vida es una muestra de amor desde que se decide hacerlo aún sin conocerla y la fidelidad es más completa aún sin lugar a tantas comparaciones con relaciones sexuales previas.

10.  ¿Qué consecuencias de haber vivido una liberalidad sexual desde la adolescencia ha encontrado en su experiencia profesional?

La factura más común que encuentro es la desconfianza en sus futuras relaciones, la dificultad para amar plenamente, la falta de libertad para la entrega sexual matrimonial y la contaminación de la intimidad de la pareja a causa de todas esas anteriores experiencias que vuelven a estar presentes en el encuentro actual.

Parecería contradictorio creer que más libertad y plenitud hay en la pureza que en la experiencia sexual con anteriores parejas.

11.  ¿En qué radica entonces la esencia de la educación sexual?

El punto central de esto radica en la educación de la afectividad. La afectividad es la necesidad que tenemos los seres humanos de establecer lazos con otras personas. Una afectividad bien orientada es capaz de vincularse de forma saludable y madura con otros y actuar en función de lo que es bueno aunque no sea lo más cómodo. Una afectividad desequilibrada se queda en lo sensitivo y hoy lo sensual está a flor de piel y se proclama como lo deseable para instalarse en las relaciones y en los vínculos. Es todo lo contrario al compromiso, a responsabilizarse de algo o de alguien en forma duradera. Eso es lo difícil ahora de educar a un hijo y hacer fuerte a un adolescente en los valores en los que quisiéramos educarlos.

12.  ¿Cómo decir aprender a decir “NO”?

Es difícil para los adolescentes asimilar lo contradictorio de los mensajes que reciben: por un lado se los anima de forma muy atractiva a tener relaciones sexuales en cuanto puedan, en cuanto se sientan enamorados, en cuanto haya mutuo consentimiento de las partes y por otro lado se los previene de las consecuencias de hacerlo: embarazo no deseado, aborto, enfermedades de transmisión sexual, etc. y se les ofrecen las herramientas del supuesto sexo seguro. Es como lanzarlos a una piscina sin haberles enseñado a nadar. La verdadera protección es la fortaleza de una afectividad y una voluntad que les permita hacer elecciones acertadas y responsables. Esa es la única forma en que serán capaces de decir “NO’ cuando lo necesiten.

13.  ¿Por qué los padres hacen hincapié de llegar virgen al matrimonio a sus hijas mujeres?

No, no lo hacen. La mayor parte de los padres se alerta en la pre-adolescencia e insinúa de forma indirecta “eso que no deben hacer” o “algo que es malo por ahora” y que trae consecuencias negativas pero no se lo proponen con claridad, ni se dan los argumentos que ellos necesitan para que actúen por convicción en beneficio de su pureza y castidad. Los argumentos represivos como asustarlos con los riesgos del sida, embarazo o las ets, y que antiguamente se resumían en temor al pecado, no son válidos porque la creencia de “a mi no me va a pasar, sino solo a los giles” tiene mucha fuerza en la mente mágica del adolescente.

Por eso, principalmente, la castidad es una meta que la minoría conoce y que logran una minoría de verdaderos valientes pero que vale la pena impulsar por los beneficios que regala a la persona y su felicidad.

14.  ¿Cómo deben manejar el inicio del deseo sexual?

Cuando se les enseñó a manejar caprichos anteriores ya fueron formando los músculos de la templanza que luego los ayudarán a manejar la novedad de su cuerpo, la impulsividad de su carácter y como una consecuencia lógica, los cambios en la sexualidad. La templanza es clave en la educación de la afectividad.

15.  ¿Cómo enfrentar la presión que tienen los chicos por parte de sus amigos para que ya se inicien en la vida sexual, consuman pornografía o material nocivo de internet?

Cuando realizamos los talleres con los adolescentes se da un espacio para que ellos simulen respuestas a escenarios de “presión” en el área sexual, de alcohol, navegación en internet, etc… Esto los ayuda a protegerse no solo individualmente sino en el grupo que comparte la vida social y que es en donde se presentarán las conductas de riesgo.

Los padres pueden mostrar casos de la vida real que los lleven a la reflexión y contarles historias de sus vidas en las que vivieron situaciones parecidas. Lo contra producente es dar a los hijos la imagen de una vida de perfección y carente de errores. Se pierde la credibilidad en cualquier cosa en lo que deseen influir en ellos.

16.  La importancia de no tener sexo a una edad en la que no están preparados emocionalmente para esto, ¿solo radica por la preocupación de que se produzcan embarazos precoces y/o contraigan enfermedades de transmisión sexual? ¿Qué decirles al respecto?

Cuando la educación sexual aparece ante la cercanía de los riesgos de que los adolescentes sean activos sexualmente, es una educación de bomberos. Pretende apagar el incendio una vez iniciado y eso ya es tarde. En frío, antes de que se involucren afectivamente con alguien es necesario dar los argumentos a favor de la y luego reforzarlos. Pero la educación en la afectividad debió empezar desde antes.

17.  ¿Es propicio mencionar sobre la equivocación de tomar al aborto como una salida fácil a un acto de irresponsabilidad?

Es una responsabilidad directa de los padres explicar que el aborto es un crimen de cualquier forma en que se lo analice. El hecho de que el bebé esté dentro del útero y no pueda defender su vida no es razón para decidir por ella. Dios regala la vida y solo El puede disponer de ella. Nosotros somos copilotos de esa creación. Los adolescentes suelen preguntar ante el caso de concepción producto de una violación y para ello el argumento que mejor cala en ellos es que “el fin no justifica los medios” o ¿matarían ellos a su propio padre, irresponsable o egoísta, por ejemplo, para un buen fin como sería obtener el dinero que necesitan para alimentar a sus hermanos y madre? Les queda claro que no hay razones suficientes para hacerlo?

18.  ¿Y qué decir sobre la pastilla del día después?

De sus 3 efectos dos de ellos son anticonceptivos y el otro es abortivo. Están explicados en la posología de la misma con palabras distintas, porque dice que impide la anidación. Con el argumento anterior en defensa de la vida se facilita la comprensión de que esta es dañina e igual de asesina que el aborto. Pero inventé el 4to efecto para poder explicar a mis adolescentes que el “no sé que pasó” en su cuerpo como producto de esa pastilla, ¿cuál de los efectos fue el que se dio en su organismo y si abortaron o no? Es terrible porque ni siquiera deja lugar a que la conciencia indique de que es lo que hay que arrepentirse. Me parece el más esclavizante de todas las consecuencias. Así hay que decirlo claramente.

19.  ¿Las relaciones sexuales de la mano con el alcohol y las drogas no son buenas  amigas? ¿Por qué, cuáles son sus efectos posteriores?

El alcohol es el perfecto detonante para hacer todas aquellas cosas que nunca hubiesen hecho. Este o las drogas desinhiben y anestesian los límites morales. Hoy las mujeres toman casi a la par de los hombres y hay pocos o nadie poniendo límites. Estos son el gran causante del alto índice de juegos, iniciación o encuentros sexuales entre los adolescentes. Y luego viene el llanto de haber realizado algo que no querían hacer. Duele verlos sufrir después.

20.  ¿Quienes son más vulnerables de caer en la temprana iniciación sexual?

Aquellos jóvenes que no están bien amados, con padres que no los valoran o los descalifican constantemente haciéndolos sentir que no valen nada. Más aún si los golpean, Ellos van en búsqueda de un amor que no tienen en el hogar. Van buscando padre o madre en las relaciones afectivas de pareja. Ellos son la presa perfecta para que otros les ofrezcan sexo haciéndoles creer que es amor y son los más vulnerables de ser explotados afectiva y sexualmente.

21.  ¿Cuál sería la mejor prevención para evitar la vulnerabilidad de los hijos adolescentes?

Amarlos, expresarlo y además decirles todas los aspectos buenos que vemos en ellos. Cuando ellos elijan a una pareja tendrán que compararlo con el inmenso y verdadero amor de sus padres que aunque distinto les habrán regalado la vivencia del amor verdadero. Y tendrán la autoestima necesaria para descartar a quienes no valgan la pena. No se contentarán con migajas. Podrán valorarse.

22.  ¿Cómo establecer y mantener una buena comunicación en torno al tema de la sexualidad?

La comunicación es todo un arte pero mayor aún en la adolescencia y ayuda una actitud de apertura que permita tratar este tema en el hogar cuando se presente la oportunidad o necesidad; ser claros y directos al tratarlo evitando las suposiciones y tomando la iniciativa de establecer diálogos constructivos sobre ello. 

23.  ¿Existen jóvenes viviendo esta meta que has propuesto a través de Orientar?

Muchos, no es fácil, pero los adolescentes necesitan ideales por los cuales luchar, este es uno muy alto pero cuando entienden los beneficios y la fuerza de sus argumentos son capaces de lograrlo, sobre todo si lo hacen de la mano de Dios.

María Helena Manrique de Lecaro

Directora de Orientar

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