La palabra diezmar proviene de la norma disciplinaria del ejército romano, por la cual, un batallón o unidad de soldados que hubiere demostrado cobardía o amotinamiento, era castigado con la muerte de uno por cada diez combatientes. Para los romanos antiguos era totalmente lógico y normal que el diez por ciento de un grupo se sacrifique para salvar al resto y para que los sobrevivientes mejoren su desempeño.
Este concepto de sacrificar, oprimir o poner en riesgo a un grupo de la población, para que los demás vivan, prosperen o resuelvan sus problemas económicos, se ha mantenido a través de la historia. En todas las regiones del mundo existen pruebas de ello.
La despiadada colonización de América, África y Asia; los genocidios cometidos por emperadores y reyes de todos los continentes; las guerras religiosas; y más recientemente, las condiciones infrahumanas de los trabajadores durante la revolución industrial; los huasipungos; el exterminio de los judíos durante el holocausto; el apartheid, todas son muestras de este concepto que el bien de la mayoría, justifica el sacrificio de la minoría.
Hoy, el Covid 19 es una realidad en la totalidad de los países del mundo. Se sabe que más de la mitad de la población mundial terminará por contagiarse y que de ella un porcentaje pequeño, (que seguramente será bastante menor al 10%), morirá. Sin embargo, a través de continentes y fronteras, las personas de todo el planeta se han detenido, se han recluido, para proteger a aquellos que tienen probabilidades de morir, ya sea por su edad o por sus condiciones de vulnerabilidad.
Por primera vez a nivel global, la humanidad está dando muestras de un cambio de paradigma.
Por primera vez a nivel global, los muchos, los fuertes, los jóvenes, están dispuestos a sacrificar o posponer sus necesidades y su bienestar presente y futuro para proteger a los pocos, a los viejos, a los débiles y darles una oportunidad de vencer a la pandemia.
Por primera vez a nivel global, se aplaude como a héroes, no solamente a médicos y enfermeras, sino también a recolectores de basura, a policías, a agricultores y a todos aquellos que se arriesgan por los más débiles y también por todos los demás.
Por primera vez a nivel global, está primando la opinión de los científicos sobre la de los políticos y financieros.
Por primera vez a nivel global, el “nosotros” o “lo nuestro” es universal.
Por primera vez a nivel global, la humanidad parece ser más humana.
J. Rafael Lecaro
Publicado en Cartas a El Universo Abril 2020