Educar hoy con estudiantes que usan celulares a pesar de la norma, que se conectan a internet y pueden copiar y pegar la tarea rápidamente, usar su Facebook, Instagram o entrar a páginas inconvenientes, postear en su Twitter para expresar durante el día lo que sienten y piensan, desahogar sus deseos de inconformidad adolescente o colegial a través de los comentarios en cualquier muro virtual, nos plantea a los educadores un nuevo desafío en la educación.
Desconocer este escenario o pretender ignorarlo creyendo que la norma lo suprime significa no abordar la realidad con las herramientas que necesitamos para educar esta nueva generación hiper-tecnologizada.
De acuerdo a las proyecciones, este uso frecuente a la tecnología como parte de la cotidianeidad irá en aumento y no en descenso. Habrá que hacerla aliada y no enemiga.
Proponer algunas tareas e investigaciones presentadas tecnológicamente, brindar las páginas webs de información y formación constructiva, crear un Twitter para liderar una causa buena, mediando todo esto a través de la palabra y el diálogo personal con el estudiante, es parte de lo que los nuevos educadores necesitamos implementar inmediatamente para conectarnos en la era educativa que estamos viviendo.
Ayudar a ordenar, clasificar y discernir todo el alud de información al que nuestros estudiantes pueden acceder desde su mano es la nueva destreza que requieren los maestros de esta era digital en la que nos sorprendió educar a los estudiantes del siglo XXI y será lo que marcará en ellos la diferencia en su preparación como profesionales y personas de criterio formado. Imposible quedarse atrás.
María Helena Manrique de Lecaro
Directora de Orientar
Estudiantes 2000, 2010