La pérdida de la confianza en las personas, se vive en función de como han vivido la confianza en su vida personal. Depende de si confiaron en ellos o vivieron desconfiando. La forma de relacionarse también se alimenta después con las experiencias que se van añadiendo en el camino: una amistad correspondida, una amor traicionado, una relación paterno-filial equilibrada, un entorno laboral equitativo.
Se desconfía cuando el entorno es hóstil, cuando la amenaza a la vida y los derechos fundamentales se ven asediados cotidianamente, aún sin haber sido víctima directa de estos.
Se puede recuperar la confianza en las personas con nuevas experiencias vinculantes que demuestren que es posible volver a confiar. Es un proceso lento para alguien que ha perdido la fe pero no es imposible.
Las personas que viven en la desconfianza hacia otros reciben gestos de desconfianza hacia ellos también.
María Helena Manrique de Lecaro
Directora de Orientar
Periódico Super, 2011