Horas hasta decidirme, no se si optar por el uno o por el otro, estoy indecisa. Y es que cada uno tiene sus atractivos, con uno me veo mejor que con el otro y también cuando ya estoy con el otro me vuelvo a sentir insegura y cambio de nuevo.
Mi mami dice que me demoro horas y que no puede ser algo tan complicado tomar esa decisión, pero lo es, yo misma no se porque… no debería ser tan difícil.
Dicen que es la adolescencia, y que es normal, pero también es enervante, mis amigas viven lo mismo que yo y en cambio a los hombres no les pasa eso. ¿Será porque son hombres?
Cada vez que tenemos una fiesta o reunión nos reunimos juntas a vestirnos. Es increíble compartir ese momento con mis amigas pero también estresante. Tienes la idea de que determinada ropa te quedará excelente y cuando te la pruebas y las demás comienzan a opinar todo cambia en un segundo. Te sientes fatal si dicen que estás mal y te sientes confundida si las otras dicen que estás muy bien. Total es que la idea con la que llegaste no sirvió para nada porque lo que nos digan los demás influye muchísimo más que tu propia idea.
Quisiera estar segura desde el principio pero me dicen que debo tener paciencia para adquirir esa seguridad en mi personalidad, que vendrá con la madurez. También leí que es aconsejable repetirse las ideas positivas para uno mismo y afirmarlas antes de que los amigos te hagan dudar.
Es decir, si sales de tu casa y al verte en el espejo te sentiste bien con la ropa que llevabas, debes asegurarlo en tu mente y también estar lista para responder a cualquier comentario que te haga dudar. “¿Esa blusa te vas a poner?” -te podría preguntar tu amiga- Y tu podrías contestarle: “¿Sí, estoy súper cómoda con esto y es mi estilo. Tú,… ¿cómo te sientes con lo que tienes puesto?”
Apliqué esta sencilla técnica y me resultó.
También comprendí que al reunirnos varias mujeres, vanidosas algunas, nerviosas tal vez por la fiesta, ansiosas por cómo y quién nos encontraremos esa noche, toda esa inseguridad se contagia, se retroalimenta y va creciendo si fin.
Por eso alguien tiene que detenerla y decir ¡YA!, cada una debe salir vestida como se sienta mejor y más cómoda. ¡Nos vamos! La ropa no tiene la magia para determinar si tu espíritu estará alegre, se divertirá o pasará fatal esa noche. El poder está dentro de mi, dentro de ti y eso es todo lo que necesitamos para gozar con lo que encontraremos esas horas en el evento.
¿Listas? Entonces, cómodas y seguras ¡partimos a divertirnos!
María Helena Manrique de Lecaro
Directora de Orientar
Revista Vive! – 2007