Mi esposo insiste en poner a nuestro hijo en football y en karate para que se haga “bien hombrecito”, según él. Le dice frases como: “patea como hombre”, y el niño a duras penas puede atinarle a la pelota pues solo tiene 2 años y medio. ¿Por qué para los hombres son necesarias estas actividades? ¿Y si a mi hijo no le gusta el deporte y resulta pianista, por ejemplo? -Anónimo
Creo que hay una ansiedad en los hombres respecto al desarrollo de la masculinidad de sus hijos varones que los aboca a inscribirlos a veces prematuramente en varios deportes, por considerarlos un pasaporte de socialización masculina determinante para su éxito.
Los ejes dominantes de la cultura masculina están asociados con el poder, el dominio, la superioridad, la fortaleza, la virilidad, la ausencia de emociones y sentimientos; aunque esto último, gracias a la educación de la inteligencia emocional, va en descenso.
La exigencia de la cultura de los hombres es bien fuerte, y como el padre sabe lo que ha tenido que defenderse, atacar o simplemente convivir con otros hombres, anhela que su hijo lo haga de la mejor manera en el entorno en el que se vaya a desempeñar. A veces, ese anhelo se vuelve obsesión y a veces temor. Si usted, como madre, siente exagerada esa postura de su esposo hacia su hijo, confíe en su sexto sentido y actúe.
Puede ser que ese temor de su esposo tenga raíz en su infancia o adolescencia. Tal vez está deseando lograr algo en su hijo que él no vivió, o repetir algo de lo que él disfrutó y cree que esa es la forma de prepararlo. Quizás ve en su hijo un temperamento suave y menos agresivo de lo que él considera necesario para vivir esa hombría -estándares varoniles que socialmente se esperan en ellos. O ve un espíritu creativo y artístico que le atemoriza, porque cree que estos bordean la feminidad.
A veces, cuando hay un hijo varón entre varias hermanas y se teme que adopte las expresiones femeninas, se fuerza el aprendizaje de aquello que, en contacto con su padre, igual aprenderá por imitación. La figura del padre, o de un modelo masculino cercano, es determinante en la transmisión de la masculinidad en los hijos varones, y la mejor forma de consolidar esos modos y conductas masculinos es compartiendo con él espacios de tiempo o actividades juntos.
De sospechar usted alguna de estas inquietudes en su esposo, le sugiero realizar una consulta terapéutica que los ayude a descubrir si hay actitudes exageradas que podrían estar afectando a su hijo.
No lo acuse ni directa ni indirectamente, porque podría cerrarle las posibilidades a la reflexión personal o a la cita con el profesional. No lo deje pasar.
Su hijo es lo más valioso que tienen y todo lo que hacemos deja huella en ellos.
María Helena Manrique de Lecaro
Directora de Orientar
Revista Vive, 2011