La familia debe ser el lugar en donde se vivan las mejores experiencias y aprendizajes
También debe ser un entorno seguro en donde los niños estén protegidos y encuentren la confianza para decirle a los adultos lo que les gusta, lo que sienten y lo que necesitan.
La familia debe estar protegida por los adultos que la forman y se encargan de esta. Desgraciadamente muchas veces y por distintos motivos, el abuso sexual ocurre en los hogares lastimando a los más indefensos y causándoles daños que se prolongan a través de toda su vida.
En Ecuador, 1 de cada 4 niñas y 1 de cada 6 niños son abusados sexualmente antes de cumplir 18 años.En el 77% de los casos el abuso o violación es cometido por familiares y personas cercanas a la víctima dignas de nuestra confianza.
Para ser una familia fuerte debes aplicar en tu hogar un protocolo de prevención de abuso sexual pues con este, puedes evitar el abuso sexual en tu hogar o al menos reducir las probabilidades de que ocurra.
LOS NIÑOS NO PUEDEN PROTEGERSE A SÍ MISMOS. SOLO LOS ADULTOS PUEDEN HACERLO
¿EN QUÉ CONSISTE ESTE PROTOCOLO?
Consiste en unas reglas que tú, los demás adultos de la familia y personas que están en contacto diario con los niños o menores de edad, deben aplicar. Y que las personas que rodean a la familia sepan que se siguen estas reglas que consisten en conductas o situaciones que NO se deben permitir.
Esto logra que aquel abusador, que está a la caza de una víctima, sepa que tu hogar no es un lugar desprotegido, que se de cuenta que es muy difícil porque hay controles y adultos atentos, vigilantes y niños que parece que no se descuidan o que tienen comunicación con sus padres.
No se debe permitir:
- Recibir abrazos o abrazos largos inapropiados
- Ser besado por alguien fuera de la familia o desconocidos
- Ser cargado en brazos por alguien que no sea su familia cercana
- Permitir que les toquen sus rodillas, nalgas, pechos o áreas genitales
- Estar o quedarse en zonas aisladas con personas que no son de la familia íntima
- Dejar que jueguen con su cabello
- Jugar a dar o recibir masajes
- Jugar o estar (meterse) en las camas de personas que no son sus padres o hermanos
- Cambiarse de ropa en frente de otros que no sean sus padres o familia íntima
- Ir al baño acompañado de amigos u otros que no sean sus padres
- Bañarse con alguien
- Dormir en la misma cama con personas que no son de su propia familia
- Lucha libre, cosquillas o juegos de contacto cercano
- Comentarios relativos al cuerpo, los genitales, ya sea en positivo o negativo o haciendo bromas sobre estos. (Orales, escritos o a través de cualquier medio de comunicación).
- Ser castigado o corregido con su físico. Recibir nalgadas, cachetadas, pellizcos o golpes.
- Recibir un trato por medio de palabras, en el que se sienta humillado, descalificado, intimidado, avergonzado.
- Ser animado a violar la ley, la norma o irrespetar a los mayores.
- Ser invitado a observar algo en la pantalla de otros dispositivos
- Recibir solo, las clases extra-curriculares (natación, tennis, karate, etc…) y sin la supervisión de un adulto que lo acompañe.
Que no exista el abuso donde aún no ha llegado, y que se descubra a dónde ya llegó y se ha silenciado.
Nadie puede pensar que esto no le va a pasar nunca. Cualquier niño puede ser una víctima.
Sucede en los lugares menos esperados y por parte de las personas que creíamos confiables.
Material del Taller Por una cultura de prevención promovido por Opciones Heroicas.
Raúl Espericueta y Mónica Applewhite, expertos internacionales en gestión, políticas de bienestar del niño y desarrollo de programas de prevención de abuso sexual.
María Helena Manrique De Lecaro
Directora de Orientar
Muy buenas pautas a seguir